Desde el 2018, el complejo deportivo Eduardo de la Piniella, en el distrito de Paucarpata, se encuentra cerrado, convirtiéndose en un refugio para rateros y personas de mal vivir. Esta situación ha generado una profunda preocupación entre los vecinos del sector de Miguel Grau, quienes han visto cómo un proyecto que prometía ser un espacio de recreación y deporte, se ha transformado en un foco de inseguridad y vandalismo.
Los problemas comenzaron cuando la culminación del periodo del ex alcalde José Supo dejó pendiente la inauguración del complejo. A mediados de mayo, la falta de vigilancia y el abandono del lugar facilitaron que ladrones ingresaran al recinto, destruyendo puertas y utensilios de los baños en su afán de llevarse los materiales sanitarios. La desesperación llevó a los residentes a tomar medidas drásticas: colocaron candados y cadenas en las entradas para evitar más daños y proteger lo poco que quedaba del complejo.
“Es triste ver cómo un lugar que debía ser para el disfrute de la comunidad se ha convertido en un lugar peligroso”, comentó uno de los vecinos afectados. “Hemos tenido que organizarnos para proteger el lugar porque nadie más lo hace”.
Frente a esta problemática, los dirigentes vecinales han manifestado su indignación y su deseo de ver el complejo en funcionamiento. “El proyecto estaba listo para inaugurarse al finalizar la gestión del exalcalde Supo, pero eso nunca ocurrió”, señalaron. Esta demora no solo ha afectado la infraestructura del lugar, sino también la moral de los habitantes, que ven cómo un proyecto prometedor se ha ido deteriorando con el tiempo.
Recuperación del complejo
Esta situación llevó al trabajo en conjunto por parte de la comuna distrital y la junta vecinal de la zona, limpiando y poniendo orden en el recinto deportivo. Una semana después de que los vecinos alzaron su voz de protesta, se gestionó con el comité central a cargo del señor Edgar Yufra y con el ingeniero Morales representante de infraestructura de Paucarpata, la realización de una limpieza general.
Morales manifestó a los vecinos que se va a sacar una liquidación de oficio para poder reactivar el proyecto en mención y se pueda entregar la obra en agosto, específicamente en el aniversario del distrito de los andenes floridos. De momento el complejo continúa cerrado, pero ya no es el refugio de ladrones y maleantes, solo el nido de palomas que resultan ser un foco infeccioso en la zona. Se está a la espera de que las autoridades cumplan su palabra para que esta obra no termine siendo un elefante blanco.