Luego de un debut que dejó buenas sensaciones, la selección peruana tenía que jugarse la vida ante Canadá por la segunda fecha del grupo A de la Copa América Estados Unidos 2024, ya que era el rival a vencer para asegurar el pase a los octavos de final. La cita fue en el Children’s Mercy Park de Kansas City, que presentaba una sensación térmica cercana a los 40°, un verdadero infierno.
Bajo esas condiciones se iniciaba el encuentro. La preocupación inicial era controlar a Alphonso Davies, el jugador más destacado del equipo norteamericano. El pitazo inicial sonó y la pelota ya rodaba en ese caluroso estadio. El inicio fue timorato; ambas selecciones se estudiaban sin hacerse daño alguno. Canadá empezó a meter pierna fuerte, tanto así que a los 20′ cayó la primera amarilla para el defensa Laryea. A partir del minuto 24, Perú encimó a los “canucks”, generando aproximaciones e insinuaciones de gol.
La bicolor ya se sentía cómoda en el campo de juego, y en el minuto 26 tuvo la opción más clara en los pies de Piero Quispe. Sin embargo, Crépeau, arquero canadiense, evitó el primero con una notable estirada. A los 31′ de juego vendría la respuesta de Canadá, que no requirió el esfuerzo de Gallese. A los 33′, se anuló un gol de Lapadula por posición adelantada. La presión alta de Perú indujo al error a la zaga rival.
A los 39′, Marcos López puso nervioso a todo peruano que veía el partido, al dar un ligero cabezazo a un jugador contrario, generando segundos tensos tras la revisión del VAR. Finalmente, el juez continuó con el juego, aliviando al equipo. Perú no aprovechaba los errores defensivos de Canadá y esa frase maldita de “goles que no haces…” empezaba a retumbar en las mentes de los aficionados peruanos.
El infernal calor generó un susto
Ya se jugaban los minutos de descuento del primer tiempo. Exactamente quedaba solo un minuto para el entretiempo cuando Humberto Panjoj, asistente número 2, se desvaneció debido a las altas temperaturas, generando preocupación en todos los espectadores.
Panjoj tuvo la mala suerte de estar frente al sol, mientras su compañero del lado contrario estaba cubierto por la sombra. La radiación solar provocó la descompensación del colegiado, a quien trataron de reanimar. Para tranquilidad de todos, el réferi salió en camilla del estadio pero ya se encontraba estable. Lo ideal era que el árbitro principal acabara el juego ahí, pero dejó jugar dos minutos más, evidenciando su falta de criterio.
Expulsión y se vino la noche
El inicio del segundo tiempo fue una continuación de la última parte del primer tiempo. Había cierto control en el juego hasta que una acción fuerte de Miguel Araujo, revisada por el VAR, terminó en tarjeta roja. De esta manera, a los 58′ la franja se quedó con un hombre menos. Las cosas no pintaban bien para el combinado peruano.
Fossati movió sus piezas de inmediato, haciendo entrar a Bryan Reyna, quien debutaba en el certamen. También ingresó Santamaría para cubrir el puesto del expulsado. Los minutos transcurrían y Canadá mostraba una ligera superioridad en la posesión del balón.
El asedio norteamericano trajo consecuencias. A los 74′, David se encontró mano a mano con Gallese y la acomodó junto al palo derecho para poner en ventaja a Canadá. Esta situación obligó al «Nono» a meter a Cueva, quien no jugaba desde el último octubre, con la esperanza de apagar el incendio. Situación que no ocurrió. Las ganas eran más que el buen juego, y el estar con un jugador menos complicó las aspiraciones peruanas.
El final del partido llegó. La derrota estaba consumada. Los canadienses alzaban los brazos en señal de victoria, mientras los nuestros tenían la mirada perdida, tratando de asimilar la cruel derrota. Queda un partido, el cual se debe ganar sí o sí. Se viene Argentina, actual campeón americano y mundial. La tarea es compleja, pero los partidos hay que jugarlos.
