a las celebraciones por Fiestas Patrias con la tradicional Misa y Te Deum, conmemorando el 203° aniversario de la Independencia Nacional. La celebración, presidida por el Arzobispo Mons. Javier Del Río Alba, se llevó a cabo a las 8:45 a.m. en la Basílica Catedral. Asistieron las principales autoridades civiles, políticas y militares de la región, quienes se reunieron para dar gracias a Dios por la patria y rezar por sus necesidades.
Durante su homilía, Mons. Del Río Alba subrayó la importancia del servicio y el sacrificio por los demás como camino hacia la verdadera grandeza. «El camino a la grandeza no está en imponer tu voluntad a tu esposa, a tu esposo, a tus hijos. Lo que nos realiza como personas es servir a los demás, dar la vida por los demás», manifestó el Prelado. También destacó el papel de Jesús en ayudar a las personas a lograr esta entrega a través de la humildad y la oración.
Al finalizar la Misa, el Arzobispo agradeció la presencia de las autoridades y las animó a seguir sirviendo a los demás a imagen y semejanza de Jesús. Su mensaje fue un llamado a los líderes a sacrificarse por el bienestar común, reforzando el valor del servicio público y la entrega a la comunidad.
El Te Deum, que se entonó durante la ceremonia, tiene una rica historia que se remonta al año 387. Su primer verso en latín, «A ti, Dios», fue inspirado por una improvisación de San Ambrosio de Milán durante el bautismo de San Agustín de Hipona. En el Perú, el Te Deum se entonó por primera vez en 1821, durante una ceremonia presidida por Mons. Bartolomé María de las Heras a petición de Don José de San Martín, para consagrar el fin de la era colonial.