Este 2024 es un año bisiesto, es decir, tenemos un día más en nuestro calendario que es el 29 de febrero. ¿Por qué sucede esto? Según la NASA, los días en la Tierra no duran exactamente 24 horas sino 23 horas, 56 minutos y 4 segundos. Por lo que anualmente tenemos 365.25 días. Esa diferencia de 0.25 días extra hace que cada 4 años tengamos un día más y se añade al final de febrero.
La agencia espacial estadounidense explica que un año es el tiempo que tarda un planeta en orbitar su estrella una vez. La Tierra tarda aproximadamente 365 días y 6 horas en orbitar alrededor del Sol, por lo que nuestro año no es un número exacto de días.
Por ello, la mayoría de los años, redondeamos los días de un año a 365. No obstante, esa parte sobrante de un día no desaparece. Para asegurarnos de contar esa parte extra de un día, agregamos un día al calendario aproximadamente cada cuatro años. Asimismo, los próximos años bisiestos serán 2028, 2032, 2036 y 2040.
¿Qué pasaría si no hubiera años bisiestos?
Si el calendario no tuviera un 29 de febrero cada cuatro años, gradualmente se desalinearía las estaciones. Por ejemplo, el clima del invierno podría convertiste en lo que el calendario mostraba como verano, y los agricultores podrían confundirse sobre cuándo plantar sus cultivos.
El 2024, al ser divisible por 4, cumple con la condición para ser un año bisiesto. Este año, la tradición de agregar un día se convierte en una práctica que conecta la antigüedad con la modernidad, recordándonos la importancia de mantener la armonía entre nuestro sistema de medición del tiempo y los ritmos celestiales.